Monsanto posee diversos puntos turísticos de interés, que le proporcionarán diferentes experiencias en esta mítica región.
Justo a la entrada de este pueblo histórico, encontramos el mirador de Praça dos Canhões, que ofrece magníficas vistas de las planicies que rodean a Monsanto. Unos metros más arriba, encontramos la iglesia principal, construida en el s. XV y restaurada en el s. XVIII. Este imponente edificio, perfectamente conservado, mantiene todavía hoy la original puerta romana en su entrada.
Si seguimos subiendo por los caminos de piedra desde el centro del pueblo, llegamos al castillo, otro lugar imprescindible y de parada obligatoria. Situado en el punto más alto de la colina, a 758 m de altura, el castillo ofrece unas vistas absolutamente increíbles, que prometen apaciguar a los corazones más intranquilos, después de un largo, e imprescindible, camino.
La accesibilidad entre los diversos lugares en toda la región está garantizada gracias a la existencia de itinerarios diseñados hace mucho. Los accesos a los lugares naturales y testimonios monumentales de toda la región constituyen un punto a favor del visitante. Por ejemplo, las rutas del contrabando de antaño son hoy itinerarios recreativos.
Monsanto es también un pueblo repleto de usos y costumbres con fuerte carga simbólica, tal como se desprende de su artesanía (ejemplo: marafonas, muñecas de trapo, sin ojos, boca, nariz u orejas, vestidas con un colorido traje regional) y por sus tradiciones populares.
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